lunes, 7 de marzo de 2011

Sobre el Campo de Batalla.

Tras innumerables batallas, todas repletas de tensión y bravura, son solo las marcas y magulladuras en el acero de la hidalga armadura lo que nos da una visión más exacta de la realidad, de nuestra trayectoria en esta interminable guerra. Es imposible que sepamos a ciencia cierta si realmente somos ganadores o perdedores, da lo mismo a cuantos enemigos hemos abatido con el filo de nuestra espada o cuantas estocadas hayamos recibido, ya que una batalla es una pieza mas del gran rompecabezas, el cual solo al momento de caer a filo de espada concluira, siendo ése instante el de la verdad, cuando realmente conoceremos el fruto de nuestro esfuerzo...vencedor o vencido.

Para lograr objetivos jamas alcanzados, debemos ejecutar estrategias jamas usadas.








¿Puede conducir al Éxito de su pueblo un rey sumido en pesares y amargura?
imposible.

Las grandes hazañas se realizan solo cuando, a pesar de las derrotas, somos capaces de extraer el néctar de la amarga experiencia para aplicarlo en la estrategia de la siguiente batalla, siendo sabios en no desproteger los mismos frentes de batalla, alineando fuerzas parejas en cada flanco guardando a la caballería para el embiste final.

No importa cuantas veces nos digan que no somos capaces o que no podemos, solo un gran estratega es capaz de convertir las debilidades y carencias de su propio ejercito a favor suyo, haciéndolas fuertes y finalmente transformándolas en virtudes, todo con un solo objetivo.

Triunfar.

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